Cierra los ojos y viaja a Nueva York. Estás en los años 60, tienes un cóctel en la mano y escuchas a los Beatles. Piensa en todo lo que te fascina y despierta. Comprobarás que el paso del tiempo es relativo y que el placer de los cócteles es atemporal.
Como si evocáramos el momento en que Don Draper, el alma sofisticada de la serie Mad Men, escucha uno de los grandes temas de los Beatles, Tomorrow Never Knows. Y no es para menos, considerando la repercusión mediática que tuvo el legendario grupo británico en Estados Unidos a partir de 1964, obsequiados con una de las bienvenidas más exuberantes que se recuerdan. Una limusina para cada uno, citas con Bob Dylan y Elvis Presley, miles de fans, atención exclusiva de la prensa y un catering espectacular que emocionó al mismísimo Ringo Starr. No es difícil imaginarse los cócteles que se sirvieron durante esos días. América era una fiesta. Old Fashioned, Gimlet, Blue Hawaian, Manhattan, Dry Martini, Brandy Alexander o Grey Hound...
Era la década de la televisión. James Beard fue el primer cocinero que apareció en la pequeña pantalla, y el precursor de una de las escuelas de cocina más importantes de América, todo un referente. Su mítico sorbete de champagne y naranja ahora nos inspira para una versión de su receta, esta vez con limón:
Ingredientes:
Preparación:
- Reduce todos los ingredientes a fuego lento, déjalos enfriar y a la nevera.
Sencillo y sorprendentemente bueno.