Decir que vuelve puede que no sea muy preciso, ya que en realidad nunca se fue. El compañero del Whisky por antonomasia siempre ha estado ahí para sus fieles seguidores, pero parece que de un tiempo a esta parte, esta combinación ganadora está siendo redescubierta por bartenders y aficionados para pasar a convertirse en un digno rival de los combinados con whisky tradicionales.
Un toque de jengibre a tu Schweppes
El origen de esta afamada bebida parece no estar claro. Su invención la disputan dos farmacéuticos y dos países. Por un lado, un boticario estadounidense residente en Belfast, Reino Unido fue el primero en fabricar y distribuir el Ginger Ale original llamado Ginger Ale Gold, más oscuro y dulce que el que conocemos hoy. Por otro lado, se dice que el Ginger Ale seco fue una creación del canadiense John McLaughlin, quién lo patentó en 1907 como Canada Dry Ginger Ale. Sea como fuere, la popularidad del Ginger Ale tuvo su máximo apogeo durante la Ley Seca de Estados Unidos, cuando se convirtió en el mixer perfecto para los destilados de contrabando, entre los cuales, el más popular era sin duda el Whisky.
El nuevo compañero para el whisky
Hoy, las notas picantes y frescas del jengibre inspiran un Ginger Ale más suave, fresco y luminoso que viene de la mano de Schweppes. La emblemática marca pone al servicio de su nuevo mixer toda su experiencia y su burbuja perfecta, dando lugar al acompañante ideal para cualquier whisky ya que su extracto de jengibre fresco potencia su aroma, permitiendo apreciar los matices de cada variedad del más noble de los destilados.