Aunque en los últimos años el gin tonic ha experimentado un vertiginoso boom, lo cierto es que en nuestro país ha sido el combinado por excelencia desde hace más de medio siglo. Pese a la reciente proliferación de marcas en el mercado, sus amantes incondicionales siguen eligiendo para acompañar su ginebra favorita la tónica Schweppes de toda la vida, un marca con más de 200 años de historia que ha sabido evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos sin dejar de ser fiel a su receta original y que hoy se posiciona como la tónica líder en ventas e innovación.
Nuestra historia
La tónica de siempre: la tónica Schweppes
Enseñando a amar la tónica desde 1783
Los aficionados al gin tonic saben que la tónica tuvo su expansión internacional en el siglo XIX, como solución médica para los soldados británicos que incurrían en tierras exóticas durante la época colonial. Pero lo que quizá no sepan es que la tónica Schweppes fue el primer refresco con gas creado por el hombre. Aunque joyero de profesión, el alemán afincado en Ginebra Jean Jacob Schweppe era un apasionado de la farmacia y de los experimentos científicos. Así, como resultado de uno de ellos, en 1783 logró por primera vez en la historia desarrollar un método para carbonatar el agua. Una solución que en sus primeros años de vida fue utilizada como producto medicinal, hasta que en la década de 1830 pasó a obtener el sello de Garantía Real de la mano del monarca inglés Guillermo IV erigiéndola definitivamente como una bebida de éxito popular.
Pocos años después se llevó a cabo la primera ampliación de su gama de productos, añadiendo sabores al agua carbonatada y surgiendo así el primer refresco gaseoso de limón. Aunque el punto de inflexión para la marca llegó en 1870, cuando sus propietarios de entonces decidieron añadirle quinina, con el fin de prevenir la malaria entre las tropas inglesas destinadas en la India. Nacía así la tónica Schweppes, una fórmula que se ha mantenido inalterable hasta la actualidad y cuya burbuja fina, duradera y de ligero sabor cítrico la han convertido en el mixer idóneo para disfrutar del perfecto gin tonic.
En 1862 aparece la primera guía para Bartenders por Jerry Thomas.
Posteriormente, Schweppes ha colaborado con infinitud de escuelas y universidades de arte para seguir apoyando a los jóvenes artistas.
En 1969 se instala en la Gran Vía madrileña el luminoso de la marca en el edificio Carrión, un símbolo de la ciudad, que se ha convertido en icono de artistas, películas como “El día de la Bestia”.
A la cabeza de la innovación
Schweppes llegó a España en 1957 y desde entonces ha creado tendencia, cultura y auténtica pasión. Sus conocidas campañas en televisión de los 80 y 90 y el icónico luminoso que preside la Gran Vía madrileña desde 1969 pronto la convirtieron en una marca querida y reconocida por todos. Una tónica que ha ido educando el paladar de los españoles a lo largo de los años, apostando siempre por la máxima innovación a través de nuevos productos como la gama de Premium Mixers Schweppes. Una gama lanzada hace dos años en respuesta a las demandas de un mercado y de un consumidor mucho más evolucionado y experto.
Esta comenzó incorporando cuatro referencias de tónicas: la original con un plus de lima en su composición, ala de Pimienta Rosa, de Azahar y Lavanda y la de Ginger y Cardamomo, que han sido las primeras tónicas diseñadas específicamente para ensalzar los matices de las distintas familias de ginebras. Hoy engloba además Soda, Ginger Ale, Limón y Naranja Premium para utilizar especialmente en mixología.
Aunque la estrella de la casa sigue siendo la tónica clásica, cuyo perfecto servicio es en copa de balón, con un buen puñado de gruesos hielos, un giro de muñeca para enfriar el vaso removiendo los cubitos y un twist de cáscara de limón para ensalzar su refrescante y sofisticado sabor original.